Hoy ha sido un día grande...Sin comerlo ni beberlo, me he tenido que enfrentar a un problema en el ordenador de un importantísimo cliente de mi empresa que tenía problemas con cierto software. Y mira tú por donde que se trataba de un PC con Ubuntu...
Cuando empezaron a preguntar si alguno de los presentes tenía alguna idea de Linux, yo miré hacia otro lado. Pero al ver que nadie salía a la palestra, se me hizo un nudo en el estómago y me atreví a levantar la mano..."Bueno, yo se algo. Quizás si me explica la naturaleza del problema pueda ayudarle..."- dije, mientras me decía a mi mismo que cuando aprendería a cerrar la bocaza.
Resulta que había que instalar ciertos paquetes que faltaban para hacer funcionar la librería GD en PHP, ya sabeis, la que construye gráficas, una auténtica maravilla.
Lo ví fácil. Me acordaba del "apt-get install php5-gd" que yo había utilizado en alguna ocasión. El caso es que no funcionó. No conectaba con internet porque no tenía configuradas las DNS. "Piensa, piensa"- me dije. ¿Donde se configura un Ubuntu para que tenga DNS?. Entonces es cuando tuve que echar mano de la memoria, la voluntad, el corage...y de la suerte. ¿Teneis el disco de instalación de Ubuntu por algún lado?- pregunté, mientras intentaba recordar como se llaman los archivos de configuración de las DNS (más tarde me acordé, pero ya había pasado todo, era /etc/resolv.conf ).
Bueno, el caso es que he tenido que aplicar un montón de conocimientos recien adquiridos para solucionar el problema. Al final, ha quedado resuelto haciéndolo todo con el disco de instalación y un poco de imaginación, editando el archivo de repositorios y añadiendo el CD (otra cosa de la que me acordaba). La verdad es que no me imaginaba que iba a poder hacerlo. Cuando estaba en ello, me asombraba de recordar cosas y, al menos, saber qué y como hacer las cosas. Ya me sonaba todo bastante y poco a poco fuí perdiendo el miedo. Me acordaba de como instalar los paquetes Debian (dpkg -i), me acordaba de como detener el Apache y volver a arrancarlo...
Era como haber tenido las piezas del puzzle dispersas y de repente, comenzar a construir la imagen.
La verdad es que esta experiencia me ha dado mucha confianza ya que es la primera vez que tengo que enfrentarme a Linux "profesionalmente", es decir, por asunto de trabajo.
Lo mejor de todo han sido las cervezas que me he tomado con el cliente después para celebrarlo.
Por cierto, todo lo he hecho desde "La Maldita Línea de Comandos", ya que la máquina no tenía instalada ninguna GUI, para colmo...
Os digo a todos los que estais empezando con Linux que no desespereis. Al final tanto esfuerzo da sus frutos y os puede pasar como a mí, que tengais un acicate para seguir con ello.
¡¡OLE!!
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