Lo confieso, soy un paranóico del silencio en los ordenadores. Por ello, y desde hace mucho tiempo (ni recuerdo cuánto) he sido un fiel seguidor de Mike Chin y su sitio dedicado al estudio del ruido en la tecnología, SilentPCReview.com.
"Gracias" a la lucha por el GigaHertzio, hasta hace no mucho era muy caro y complicado (demasiado caro y complicado) tener un PC verdaderamente silencioso (quiet en inglés); que ya fuera totalmente silencioso (silent, en inglés) era prácticamente imposible. Con la introducción de componentes más eficientes la tarea se ha hecho un poco más sencilla, pero sigue siendo cara, y prácticamente limitada a los sobremesas. Por poner un ejemplo, de los tres sobremesas que tengo ahora mismo frente a mí, sólo dos llevan algún ventilador, y es el de la fuente de alimentación (de 12 cm). El otro no lleva ninguno.
El proceso de silenciar un ordenador lleva aparejado la selección cuidadosa de sus componentes, pero desgraciadamente eso no se puede hacer en un portátil normalmente. Además, por sus características, los portátiles disponen de muy poco espacio para refrigerar y ventilar los componentes más calientes. La ventaja en los portátiles es que los componentes suelen estar diseñados para disipar menos calor que sus hermanos de sobremesa. Así que las opciones se limitan básicamente a consultar a otra gente si el portátil que vamos a comprar emite mucho ruido o no.
Curiosamente, una de las opciones para silenciar los sobremesas ha sido precisamente utilizar las características de los componentes diseñados para portátiles, poniendo estos mismos en los sobremesas. Por ejemplo, el Mac Mini de Apple actual lleva un Core2 Duo diseñado para portátiles. La diferencia es abismal: a iguales características (por ejemplo un 2GHz con 800GHz de bus frontal) el Core2 Duo Desktop disipa 65w frente a los 35w que emite un Core2 Duo Mobile. Y creedme, 30w son una gran diferencia cuando tienes que sacarlos, en forma de calor, de una caja que incluye otros componentes y lo quieres hacer sin ventiladores.
Pero el procesador no lo es todo. Aparte del resto de componentes, un obstáculo prácticamente insalvable hasta ahora eran las partes mecánicas. Léase disco duro y lector/grabador óptico. Con respecto al segundo, la grabadora, no es algo en lo que estamos obsesionados por el silencio nos fijemos mucho porque, aunque algunos son ruidosos, sólo lo son durante un corto espacio de tiempo, si no ves películas. Cuando más ruido suelen hacer es en el arranque o al introducir un disco. Aunque algunos modelos, como los XPS de Dell, hacen suficiente ruido como para irritar a sus compradores.
La solución: discos duros de estado sólido y portátiles sin ventilador
Hace unos días comentaba en BarraPunto que algunos seguidores de SilentPCReview estaban afrontando el ruido del disco duro en los portátiles comprando unidades sin ningún ventilador y cambiando el disco duro por unidades de estado sólido.
Hay dos problemas en esta aproximación: primero, hay muy pocos portátiles con ventilación completamente pasiva (sin ningún ventilador), y segundo, usar una unidad de estado sólido, como sabeis, hoy en día sigue siendo caro.
En cuanto a los modelos de ordenador, en principio están usando dos. El primero, es un Dell Lattitude X1 (revisión), que se puede comprar de segunda mano relativamente barato. Es pequeño, es ligero y es bonito (si te gusta el color plateado).
El segundo es un Samsung Q40 (revisión), que también es ligero y pequeño, y que está disponible incluso en varios colores (es más sencillo encontrarlo también en color plateado).
Ambos son pequeños, pero se calientan bastante y la duración de sus baterías no es nada del otro mundo. Pero como digo, no hay mucho donde elegir si quieres que tu portátil esté libre de ventiladores y sea decente para los usos de hoy.
En principio estos son los únicos dos modelos relativamente actuales que no llevan ningún ventilador. Si conoces algún otro, puedes usar los comentarios para indicarlo.
En cuanto a los discos de estado sólido, sabemos que no todo son ventajas. La primera desventaja sigue siendo su precio, que es muy alto con respecto a los discos duros convencionales, especialmente si comparamos sus capacidades. Sin embargo, ya han bajado lo suficiente para que no nos dejemos un riñón y parte del otro al combinarlo con uno de los ordenadores mencionados arriba. Los portátiles se pueden encontrar (aunque no es tarea sencilla) por unos 600 euros de segunda mano. Una unidad SSD de 32GB se puede adquirir por algo más de 300 euros. Puede parecer caro. Y lo es. pero si lo que quieres es silencio, es el coste a pagar, y ya es alcanzable. Valga decir que hace unos años el coste de los discos SSD era 1000$ por GB, con lo que el precio de la SSD de 32GB se dispararía a la inalcanzable suma de 32.000 dólares americanos. Imposible para cualquiera.
En el propio SilencPCReview tenéis algunos comentarios sobre algunos modelos de SSDs. Si vais a comprar una, os recomiendo particularmente que os alejéis de las Transcend baratas (unos 150-170 euros). Al menos de los modelos terminados con una letra M. Pero de eso y de los discos de estado sólido hablaremos otro día.
Advertencia final: entrar en SilentPCReview.com es malo para la salud. Una vez que entres, leas algunos artículos y experimentes, te parecerá que todo a tu alrededor hace ruido. Mucho ruido.
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